Una avería en el motor diésel (Solé mini II) de mi recién adquirido velero (un Jouet 27) agravada por la incompetencia del mecánico que debía realizar la reparación motivó que no pudiese navegar durante más de seis meses, los errores de diagnostico y soluciones equivocadas acabó con mi bolsillo y mi paciencia. Mi idea era (gracias a mis conocimientos y experiencia en electricidad y electrónica que avalaban mi firme convicción de que los motores eléctricos en la navegación son una opción optima de futuro) cambiar el motor diésel a eléctrico de mi barco en tres o cuatro años desde su adquisición; lo cierto es que la mala suerte y la falta de profesionalidad del mencionado mecánico precipito los acontecimientos. En el otoño de 2020 inicie la búsqueda de soluciones topandome con una cruda realidad, sea por hegemonía de talleres o distribuidores, sea por falta de confianza, de mercado o de normativa que apoye este tipo de proyectos en la náutica, lo cierto es que hube de recurrir a documentarme y buscar proveedores fuera de nuestras fronteras; Francia, Alemania, Lituania o Estados Unidos son países donde hay proveedores y documentación para preparar un proyecto de cambiar el motor de tu barco a eléctrico, aunque por aranceles y homologaciones lo recomendable es suministrarse de países pertenecientes a la CEE